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Autoestima y fracaso: Yo tengo la culpa (o no)

Autoestima y fracaso: Yo tengo la culpa (o no)

por | Asesoramiento psicológico

Yo tengo la culpa

«Yo tengo la culpa»
«Soy un inútil»
«He fracasado»…

Nuestro lenguaje interno está repleto de pensamientos automáticos que valoran tanto nuestra realidad como a nosotras mismas. Cuando muchos de esos pensamientos valorativos son excesivamente autocríticos -y aparacen de forma frecuente, y con intensidad- hemos de hacer un parón y analizarlos; nuestra autoestima se está resintiendo. Nuestra salud mental está en juego.

Pensamientos del tipo; me siento culpable si no cedo, soy una inútil, ¿y si no soy capaz?, yo tengo la culpa, debo cuidar de todos, todo me sale mal, todo tiene que estar perfecto, soy una fracasada, la gente debería quererme, ¿y si me rechazan? ¿y si no soy capaz?son algunos ejemplos de los pensamientos críticos y distorsionados que padecen las personas con una autoestima inadecuada.

No se trata de sobrestimar aquello que pensamos, sino de conocerse y valorarse en función de lo realmente somos, modificando aquello que nos obstaculiza para alcanzar nuestro bienestar.

En definitiva, tenemos la capacidad de definir quien somos y luego decidir si nos gustamos o no, pero para ello hemos de tener una conciencia plena sobre nosotros mismos, y no emplear mecanismos de evitación que tarde o temprano conllevan a trastornos emocionales; ansiedad, depresión, timidez patológica, ira, estrés, etc.

Los factores que determinan nuestra autoestima están relacionados con el modelo de crianza de nuestros padres, educadores y referentes. Las ideas y creencias que nos han transmitido, lo que hemos entendido, creencias que se han podido afianzar de forma rígida o flexibilizarse en función de nuestras circunstancias personales y vivencias.

A veces mantenemos como dogmas de fe creencias de las que nos deberíamos haber deshecho hace tiempo ya que son sólo adaptativas a ciertas épocas de la vida que no se corresponden con nuestro presente.

La forma en la que interpretamos la realidad está condicionada por las creencias que hemos recibido, interiorizado, eliminado o modificado.

La autoestima se manifiesta en forma de juicio y crítica hacia nosotros mismos, de tal forma que una persona con un nivel de autocrítica excesivamente elevado padecerá ansiedad y depresión, estrés, trastornos de alimentación, etc. Y una persona con un nivel de autocrítica muy bajo padecerá ira, cólera, comportamientos poco asertivos, déficit de autocontrol, baja tolerancia a la frustración etc.

Una persona con una autoestima adecuada le afectarán las circunstancias pero no le perturbarán. En definitiva, la crítica patológica, ya sea por exceso o por defecto, es la que determina nuestro bienestar emocional, y por lo tanto, nuestra calidad de vida.

Puedes consultarme acerca de la terapia a seguir a través de mail a info@psicologanuriaortega.com, utilizando nuestro formulario de contacto o, si te resulta más sencillo. por whatsapp al 633 545 403.

BSO [HUMOR] Si los sentimientos de culpabilidad empiezan a aflorar y a no dejarte «vivir con alegría“ siempre puedes bailar esta canción e interiorizar la respuesta del coro… Yo tuve la culpa, ¿qué le vamôh hasé? (Tal vez podríamos empezar por dejar de flagelarnos un rato, ¿no?)

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